Francia apuesta por liderar Europa, Alemania aspira a un rol global
Angela Merkel está cada vez más forzada a surgir como líder mundial ante el proteccionismo e individualismo de EEUU.
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Los tres meses de la presidencia de Emmanuel Macron en Francia no han pasado desapercibidos en la Unión Europea: su apuesta por desafiar la hegemonía política de Alemania en el bloque parece estar resultando. El mandatario recibirá hoy en París a los líderes de Alemania, Italia y España, para alinear posiciones en migración, inversiones y cooperación europea en temas de seguridad. Pero más que sentirse pasada a llevar, la canciller germana Angela Merkel está apuntando aún más alto, apostando por el liderazgo global, preocupada por la posición proteccionista de líderes como Donald Trump.
Hasta ahora, la actividad diplomática de Macron está logrando “hacer Francia grande de nuevo”, al menos dentro de la Unión Europea. Sus aspiraciones de una mayor unificación financiera del bloque parecían estar lejos de la realidad hace unos meses por la continua negativa de Alemania, el líder económico y político indiscutible de la región.
Logrando concesiones
Sin embargo, el surgimiento del populismo en el mundo y en Europa hizo que Merkel cambiara de opinión: aunque el país no accedió a crear un Ministerio de Finanzas y un presupuesto europeo propuestos por Macron, está promoviendo el fortalecimiento de los mecanismos existentes.
La semana pasada, el ministro de Finanzas del país, Wolfgang Schaeuble, dijo que quiere que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (fondo de ayuda financiera) tenga más facultades para evitar crisis en la zona, incluyendo la posibilidad de ser usado para inversiones por los miembros del bloque en tiempos de bajo crecimiento económico.
El próximo mes, Macron viajará a Atenas junto a empresarios franceses para promover la inversión en Grecia y –de paso- reforzar la idea de una reforma de la UE.
A su vez, está logrando que se escuche la voz de París en otros asuntos clave, como el Brexit y una reforma laboral a nivel regional.
La semana pasada, de gira por países de Europa oriental, logró convencer a sus pares de Bulgaria, Austria, República Checa y Eslovaquia de terminar con el “dumping social”, o sea, las empresas que se aprovechan de fuerza laboral barata de países de menos ingresos y la trasladan a Europa occidental, evitando el pago de beneficios y de sueldos más altos.
Alemania, mirando al mundo
Alemania, por su parte, está mirando cada vez con mayor interés fuera de los límites de la Unión Europea, asumiendo un liderazgo global más agresivo: después de la llegada de Trump a la Casa Blanca con un discurso proteccionista e individualista, alguien tiene que levantar la bandera de los valores occidentales.
“De pronto, las autoridades alemanas entendieron que tienen que ser participantes mucho más involucrados en este orden global del cual dependen, pero en el cual no han invertido tanto como pudieron haberlo hecho”, dijo a Reuters Jan Techau, de la Academia Americana en Berlín.
Bajo el peso de su pasado nazi, Alemania por décadas no se atrevió a asumir explícitamente un liderazgo, prefiriendo dejar su rol en las sombras. Pero en el mundo de Trump, Vladimir Putin y Kim Jong-un, Merkel -con su estilo siempre más discreto y diplomático- se ha visto arrastrada de su zona de confort.
Discurso más duro
El mes pasado, en la cumbre del G20, Merkel afirmó que “los tiempos cuando podíamos confiar completamente en otros se acabaron, en cierto punto”.
“Las cosas han cambiado. Eso significa que Alemania tiene que asumir una mayor responsabilidad”, afirmó a Reuters un aliado cercano de la canciller.
“Nuestros socios están demandando que juguemos un rol mayor”, reconoció, a su vez, Jurgen Hardt, el portavoz de política exterior alemán, a Financial Times.
Así, Merkel está promoviendo la continuidad del acuerdo del cambio climático de París y la importancia del libre comercio, junto al presidente chino, Xi Jinping. De forma paralela, intensificó las negociaciones con Pyongyang por su programa nuclear: Alemania es uno de pocos países occidentales que tienen embajada en Corea del Norte. También pretende usar sus lazos comerciales con Beijing -el mayor socio del régimen de Kim Jong-un- para presionarlo a jugar un rol mayor en la resolución del conflicto.
Merkel enfrentará una prueba clave para el cambio de su estrategia internacional el 24 de septiembre, en las elecciones legislativas donde buscará su cuarto período como canciller.
A pesar de su popularidad, sólo un 30% de alemanes cree que el país debe promover sus intereses en el extranjero.
Asuntos europeos pendientes de negociación
Brexit: hoy se inicia una nueva ronda de negociaciones en Bruselas y todavía no hay acuerdo en puntos clave, como los derechos de los europeos, la frontera con Irlanda y el pago de responsabilidades financieras por parte del Reino Unido.
Reforma de la zona euro: Emmanuel Macron está promoviendo una integración financiera más profunda de la Unión Europea, con la creación de un presupuesto único y un Ministerio de Finanzas europeo. Alemania ha suavizado su posición al respecto, pero prefiere fortalecer los mecanismos existentes, como el Mecanismo Europeo de Estabilidad, un fondo de ayuda financiera.
Regulación de inversiones: Francia está promoviendo un mayor escrutinio en las inversiones de terceros países en el bloque, para proteger a las industrias de sectores estratégicos de ser adquiridas por empresas extranjeras, particularmente, chinas.
Ayuda financiera a Grecia: este año empiezan las negociaciones por la tercera revisión del programa de ayuda financiera a Grecia. Alemania está en contra de cualquier alivio de la deuda del país, pero el FMI advierte que pronto será insostenible.